Los principales acabados son:

Rústico

acabado que presenta el aspecto natural del corte de la piedra al abrirla con maquinaria hidráulica.

Aserrado

es un acabado mecánico donde aparecen los trazos e irregularidades producidos por la sierra (disco, hilo de diamante…).

Apomazado

se consigue mediante un proceso de abrasión en trenes de pulido, sin llegar a conseguir brillo. Superficie uniforme y aspecto mate.

Pulido

es un tratamiento mediante materiales abrasivos. Consigue una superficie brillante con porosidad casi nula al tiempo que proporciona a la piedra resistencia al ataque de agentes externos. Resalta el color y las propiedades de la piedra natural.

Flameado

se consigue mediante la aplicación directa de la llama altas temperaturas sobre la superficie de la piedra. Genera una fina rugosidad, de aspecto vitrificado.

Abujardado

se consigue golpeando el material manual o mecánicamente con la bujarda, un martillo dentado de acero. Crea cráteres, de distinto tamaño según el método utilizado, repartidos uniformemente sobre la superficie del material tratado.

Granallado

se obtiene con la proyección de bolas de acero sobre la superficie de la piedra para obtener un acabado rugoso y tono uniforme.